Música: Quiroga
No me hable usté de los banquetes que hubo en Roma,
ni del menú del Hotel Plaza en Nueva York,
ni del faisán y los "fuagrases" de paloma,
ni me hable usté de la langosta Thermidor.
Porque es que a mí sin discusión me quita el sueño
y es mi alimento y mi placer
la gracia y sal que al cocido madrileño
le echa el amor de una mujer.
(Estribillo)
Cocidito madrileño
repicando en la guardilla
que me huele a yerbabuena
y a verbena en las Vistillas.
Cocidito madrileño
del ayer y del mañana,
pesadumbre y alegría
de la madre y de la hermana.
a mirarte con ternura
yo aprendí desde pequeño,
por que tú eres gloria pura, (bis)
cocidito madrileño.
Dígame usté donde hay un cuadro con más gracia
con el color que da la luz del mes de abril,
cuando son dos y están debajo de una acacia
y entre los dos un cocidito de albañil;
Cuando al querer de la mujer le dice al dueño
de su hermosura y su pasión;
Toma mi bien, tu cocidito madrileño,
que dentro va mi corazón.
(Al estribillo)